Las destilerías más famosas del mundo se pelean por las botas/barricas envinadas con vinos de Jerez para darles a sus productos un toque de distinción durante el proceso de envejecimiento.
La bodega Sánchez Romate de España ha abducido la materia prima con la que se elabora el whisky escocés y la ha redondeado en la tierra de origen de estas botas, en España, y han logrado este particular y único whisky de malta. En el relato, que se incorpora a la botella a través de la etiqueta, la bodega señala que la malta abducida de Escocia sufrió una “profunda metamorfosis” en su proceso de envejecimiento tanto por el uso del tradicional sistema de criaderas y soleras propio de los vinos de Jerez como por el empleo de botas de roble americano que “tuvieron previamente jereces fuera de lo común”. Y concluye que, según un reconocido experto, las “características extraterrestres” de este whisky “pueden deberse a la influencia mágica del triángulo de Jerez”.
Crianza: La crianza de este singular whisky de malta es de siete años, el tiempo justo para que el jerez no acabe tapando al whisky. Sus características vienen determinadas por su envejecimiento en botas de oloroso, amontillado y Pedro Ximénez, tras el que se realiza una mezcla o blend a partes iguales (un tercio de cada bota) para su embotellado.